Ágata: Emite energías que nos llevan al equilibrio físico, emocional e intelectual. Nos facilita la aceptación de uno mismo, fomentando la autoconfianza, sana la ira interna y fomenta el amor.
Ágata: Se considera una piedra de energía suave, conocida por aportar armonía y equilibrio. Fomenta la autoconfianza y la concentración y favorece el crecimiento espiritual, el amor y el coraje.
Sodalita: Su pacífico color azul le permite llegar al espíritu. Una piedra que activa las energías que permiten unir la lógica con la intuición, abriendo la percepción espiritual. Estimula el tercer ojo y profundiza la meditación. Fuertemente asociada a estados de calma y quietud, ayudando significativamente a las personas ansiosas.
Jade Verde: Piedra muy relacionada a la pureza y la sabiduría, se cree que atrae energías llenas de positivismo, serenidad y calma. Por eso, se considera que es ideal para proteger y limpiar al cuerpo.
Ágata: Emite energías que nos llevan al equilibrio físico, emocional e intelectual. Nos facilita la aceptación de uno mismo, fomentando la autoconfianza, sana la ira interna y fomenta el amor.
Leopardita: Te ayuda a mantener en equilibrio tus emociones y mente, también te ayuda a cumplir tus objetivos con convicción. Ideal para meditar te ayuda a tu estabilidad y fuerza de voluntad.
Ónix Blanco: Nos proporciona coraje para enfrentarnos a dificultades, refuerza el instinto de seguridad, incrementa la firmeza de carácter y ayuda a desarrollar paciencia.
Cuarzo Rosa: Trabaja sobre las energías asociadas al amor incondicional hacia otros seres y sobre todo hacia nosotros mismos. Además de ser protector, nos permite conciliar el perdón y propicia la reconciliación. Junto a la Amatista, representan los perfectos aliados para atraer el amor puro y sincero.
Rodonita: Piedra que fomenta el perdón y la reconciliación. Ayuda a limpiar heridas del pasado de nuestro corazón y ayuda a vivir el presente, a disfrutar cada día de la vida. Es una gran aliada contra las inseguridades y preocupaciones.